Un gramo de justicia social para el periodismo en México (En la Mira / Héctor Estrada)

El proyecto para dotar a miles de periodistas mexicanos de servicios de salud y ahorro para el retiro, es un acto de justicia social que tardó mucho en llegar. El periodismo de a pie o freelance en nuestro país ha sido durante décadas una de las labores profesionales peor pagadas, con menores garantías de seguridad social y más peligrosas.

Ser periodista en México es una decisión que requiere pensarse dos veces. Y es que, pese a la idea de opulencia que han dejado los escándalos de enriquecimiento en algunas figuras de los medios nacionales, lo cierto es que la gran mayoría de los comunicadores mexicanos -los que diariamente salen a buscar la nota, hacen investigaciones con sus propios recursos o realizan periodismo desde medios alternativo- viven en la inseguridad salarial y laboral.

En el año 2021, la labor profesional de comunicación y periodismo se ubicó en el lugar número 21 de la lista de las carreras peor pagadas en México, al registrar un salario mensual promedio de 10 mil 406 pesos, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO). En Chiapas el promedio está incluso por debajo de los siete mil pesos mensuales.

De acuerdo con el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos para 2022, el salario mínimo de un periodista es de 387.70 pesos diarios; sin embargo, hay algunos que ganan menos de lo que establece la ley, al recibir -aunque para muchos parezca increíble- un pago diario que no supera los 150 pesos.

Por eso la gran mayoría de los periodistas o trabajadores de los medios de comunicación se ven obligados a laborar para dos o más empresas al mismo tiempo. Son las empresas de comunicación quienes al final de cuentas se quedan con buena parte de los millonarios recursos que ingresan por publicidad o jugosos convenios gubernamentales. Para los empleados hay salarios modestos, que en la mayoría de los casos también deben usarse para los gastos de operatividad y coberturas noticiosas.

A quienes mejor les va tienen acceso a servicios de nómina con prestaciones sociales; No obstante, la mayoría permanece bajo modelos de contratos temporales, salarios no comprobables o pequeños pagos por material informativo entregado. Créame, eso de las grandes fortunas y la opulencia son casos excepcionales, pero bastante escandalosos, que lamentablemente han creado un estigma muy equivocado de la realidad mayoritaria.

En palabras del propio director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, hasta el 2020 se calculaba que alrededor de 22 mil periodistas en México no estaban afiliados a ningún sistema de seguridad social. Ha sido una realidad que lastima y ha costado la salud o la vida para muchos que han tenido que buscar ayuda desesperada o costear los gastos con sus escasos recursos a la hora de enfrentar graves enfermedades.

Por eso, más allá del origen político, el proyecto de seguro social para periodistas en México es bálsamo puro para tan agravante rezago. La estrategia, elaborada por Robledo Aburto y el coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, contempla un aporte de 2 mil 139 pesos mensuales por parte del gobierno que se destinarán a la cobertura de atención médica y un fondo de pensión.

Se trata de dinero antes utilizado para pagar publicidad gubernamental y ahora permitirá a los periodistas independientes acceder a los mismos beneficios de la seguridad social que se otorgan a los trabajadores subordinados como: acceso a servicios médicos, farmacéuticos, hospitalarios, incapacidades por enfermedad general o por riesgos de trabajo, acceso a guarderías y prestaciones sociales, así como el ahorro para el retiro.

En una primera etapa el registro estará abierto del 7 al 30 de junio mediante la plataforma http://imss.gob.mx/periodistas-por-cuenta-propia. Se trata pues de una nueva ventana de oportunidad para miles que hoy viven en el desamparo laboral, entre los riesgos de un trabajo profesional que de diciembre de 2018 a mayo de 2022 ha cobrado la vida de más de 30 personas dedicadas al periodismo en México.

Aún quedan importantes pendientes en torno la seguridad integral y la justicia para quienes realizan periodismo en México. Mientras tanto no queda más que estar pendientes y vigilar muy de cerca el desarrollo del proyecto para evitar que se contamine de vicios, corrupción o favoritismos políticos, por el bien de la libertad, la justicia social y la democracia misma… así las cosas.

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