¿Por qué van a parar la mujeres en México? (En la Mira / Héctor Estrada)

A propósito de la marcha conmemorativa por el Día Internacional de la Mujer y la protesta nacional que se prepara para el próximo 9 de marzo (#UnDíaSinNosotras) debido a la ola de violencia que padecen las mujeres en México, hace poco leí un “hilo” de comentarios en twitter realizados por la feminista Tzitzi Santillán que he decidio compartir en este espacio para entender un poco o con mayor claridad el planteamiento de la lucha:

“Si usted es de los que dice: ni machismo ni feminismo; si se adscribe mejor como humanista; si ha publicado: no quiero un día sin mujeres y no quiero un día sin hombres, quiero un día sin violencia; pues vamos a hablar de violencia con manzanitas (de género).

Según la OMS, la violencia es el uso intencional de la fuerza o amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad, que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.

La violencia tiene muchas causas, muchas formas de expresarse y por eso debe estudiarse con muchas perspectivas. Una de ellas es la perspectiva de género… Pero, bueno ¿Y qué es eso del género?

La noción de género surge en los años 70 para referirse a la distinción entre el sexo biológico y los ordenamientos socioculturales así como las relaciones sociales construidas a partir de las diferencias corporales.

Vamos a dejar clara una cosa: Hombres y mujeres reciben y ejercen violencia. Nadie afirma lo contrario. Ahora, ¿se recibe y se ejerce de forma diferente? veamos los números duros de las autoridades federales.

Con respecto a las víctimas de delito, el INEGI reporta que en lo que se refiere a la violencia intrafamiliar, el 76% de las víctimas son mujeres; en el abuso sexual el 75% de las víctimas son mujeres; en lo que respecta al hostigamiento sexual el 80% de las víctimas son mujeres; en las cifras de violación sexual el 80% de las víctimas también son mujeres.

Y así se repite con el incesto donde el 91% de las víctimas son mujeres; el rapto con el 92% de las víctimas mujeres; el acoso con el 90% de las víctimas son mujeres; y finalmente el homicidio donde, es verdad, el 74% de las víctimas son hombres. Sin embargo, en este caso, es necesario precisar que más del 85% de los homicidios cometidos contra hombres son cometidos por otros hombres.

Sirve para saber que aquellos delitos de índole sexual y los que involucran a miembros de una pareja o familia afectan en mayor medida a las mujeres, además de que el 81.92% de todas las personas imputadas por todos los delitos en el país son hombres; 82 de cada 100.

Es importante saber también que no hay un solo delito de los reconocidos en el país que cometan más las mujeres que los hombres. Ni siquiera el aborto, sí, como lo oye: más hombres provocan abortos a las mujeres de los que ellas se provocan a sí mismas.

Evidenciar estos datos no es una declaración de guerra, sólo es el punto de partida para desarrollar políticas públicas y cambios estructurales que permitan prevenir las violencias que sufren las mujeres, prevenir las violencias que sufren los hombres, y vivir en paz.

Ahora, ¿por qué pararán las mujeres en México? Porque lo que se acaba de describir con números oficiales y que para muchos es una evidencia demoledora no se toma en cuenta -en la mayoría de los casos- para prevenir la violencia, juzgar los delitos y diseñar políticas públicas.

Sí, la evidencia dice que las están matando. Las están matando de forma diferente. Los hombres están matando mujeres y hombres. Están violando mujeres y niñas, niñas de su familia. Las están acosando en las calles, hostigando en el trabajo y violentando en los hogares. ¿Usted se sigue preguntando por qué pararán las mujeres de México? (Fuente:  https://inegi.org.mx/temas/victimas/)

Entonces, si finalmente analizamos el fenómeno de la violencia con lentes violetas tenemos que empezar por distinguir cómo esta violencia es ejercida o recibida por hombres y por mujeres. ¿Para qué? para determinar causas y tal vez, con suerte, diseñar políticas más efectivas para prevenirla”… así las cosas.

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