Más de 50 años de producción de energía eléctrica en Chiapas (Maraña de mujer/Idalia Díaz)

 

Chiapas a pesar de que es la segunda fuente de energía eléctrica más importante de México, porque genera el 8% de abastecimiento de una población de 45 millones de clientes de la Comisión Federal de Electricidad, paga la sexta tarifa más cara, de las 17 tarifas de energía eléctrica del país.

En el 2019, Según la CFE, el consumo total registrado de energía eléctrica a nivel nacional fue de 218,929 GWh; con un importe facturado por el servicio de 414 mil 447 millones de pesos, de los cuales, Chiapas aporta un aproximado de 40 mil millones de pesos con la generación de energía eléctrica en su territorio, el cual equivale a casi la mitad del presupuesto de egresos que ejercerá el gobierno del Estado, en este 2021, que asciende a 96 mil 180 millones 277 mil 509 pesos.

En términos globales, pareciera que el 8% de su aportación es mínima, sin embargo, cabe recalcar que la CFE solo genera el 40% de la energía eléctrica que consume la nación, ya que el restó lo compra con la iniciativa privada, el 35% con Productores Independientes que generan energía eléctrica con fuentes del país, el 23% del mercado extranjero y resto con las famosas subastas, empresas extranjeras que generan energías renovables dentro del país.

 La pregunta de muchos chiapanecos es ¿en qué se ha beneficiado Chiapas durante los casi 50 años de producción de energía eléctrica? Ni siquiera con las tarifas del servicio, mucho menos con la cobertura, cientos de comunidades de la entidad todavía carecen de este recurso indispensable para el desarrollo humano.  Ha pasado medio siglo del inicio de la generación de energía eléctrica en el estado, exactamente en 1969 con la presa Malpaso, y las condiciones económicas no han cambiado, ni siquiera para los municipios aledaños a las presas.

Los resultados se muestran ahora, los chiapanecos pagan la sexta factura más cara de las 17 tarifas del servicio eléctrico que ofrece la CFE, escasas son las fuentes laborales que dio la paraestatal para los chiapanecos, el desarrollo económico no se detonó ni siquiera en los municipios; al contrario, se inundaron alrededor de 64 mil hectáreas, la más productivas de la región, para edificar la presa La Angostura;  en conclusión, han sido 50 años de explotación de los recursos del estado y todavía hay voces que dicen que Chiapas no aporta nada a la nación.

Es preciso recalcar, ahora que la CFE condonó los 11 mil millones de pesos de la duda del servicio de energía eléctrica a Tabaco y le concedió la tarifa más baja, que Chiapas consume solo el 30% de su energía que genera, aproximadamente 3 052 GWh, y su deuda asciende a menos de la mitad de los tabasqueños, 4 mil millones de pesos, por lo tanto, los chiapanecos deben exigir y defender lo que por derecho les pertenece: una tarifa justa y la condonación de la deuda.

Del 2015 al 2019, el consumo y la demanda de energía eléctrica en México ha ido incrementado por arriba del 3%; la generación de energía eléctrica total de la paraestatal, en el 2019, fue de 156,806 GWh. El 31% proviene de energías renovables y el resto de combustibles fósiles.  El 16% de la energía renovable es hidroeléctrica y más de la mitad se produce en el Complejo Hidroeléctrico Grijalva, por eso a Chiapas se conoce como la segunda fuente de energía más importante de la nación, más cuando están proyectadas más de 17 hidroeléctricas en la misma cuenca del rio Grijalva y Usumacinta.

Resulta que desde 1960, mediante la Ley el Servicio Público de Energía Eléctrica, la CFE era la única encargada de generar y comercializar la energía eléctrica del país, hasta que, en 1992, con la entrada del libre mercado, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, permitió la creación de productores independientes, autoabastecimiento, cogeneración, importación y exportación de energía eléctrica. También creo la Comisión Reguladora de Energía (CRE), quien fija los costos de las tarifas de la energía eléctrica, mediante los parámetros del mercado internacional.

Según datos de la misma CFE, en un lapso de 20 años, disminuyó su capacidad de generación de energía eléctrica porque descuidó el mantenimiento e inversión de infraestructura y se concentró en garantizar el acceso y abasto de energía eléctrica del país; con la Reforma Energética del 2013 se dio pasó a mayor inversión privada con las llamadas subastas y  la CFE “dejo de ser la empresa monopólica” y ahora forma parte del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y otros organismos “reguladores”, como CENACE y CRE.

Actualmente compra el 60% de la energía eléctrica que se consume en México; por eso las tarifas cada vez son más caras y solo se puede con subsidios gubernamentales, que este año ascendió a 70 mil millones de pesos, por tanto, es tarea del estado analizar, controlar y regular la inversión extrajera para la generación de energía eléctrica en nuestro país.

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