Otra de las principales complicaciones que se han visto en pacientes con la COVID-19 en el mundo es la enfermedad cerebro vascular, dijo el médico psiquiatra con base en artículos de las revistas científicas Jama Neurology y New England Journal of Medicine.
De 214 pacientes hospitalizados, 16 (el 7.5 por ciento) presentaron alguna alteración en el estado de conciencia (delirio, enfecalitis) y seis (2.8 por ciento) tuvieron algún evento cerebro vascular. En otra muestra de 49 pacientes, 40 (69 por ciento) reportaron agitación y de ellos otros 26 fueron positivos en delirio y a 3 alguna enfermedad cerebro vascular.
Respecto a la encefalitis, el psiquiatra adscrito al Servicio de Salud Mental del Hospital General de México dijo que se puede dar por la respuesta inflamatoria que causa el SARS-COV-2 en el cerebro generado a través de anticuerpos contra el virus.
El delirium, donde hay alteraciones en el estado de conciencia, en la atención y hay desorientación y psicosis, se está viendo sobre todo en pacientes que necesitaron terapia intensiva. Se ha presentado en pacientes hospitalizados durante una larga estancia o en infecciones severas. Hay una prevalencia de 7.5 casos de alteraciones en estado de conciencia en pacientes de terapia intensiva y en una serie de 58 pacientes en terapia intensiva, 40 reportaron agitación, documenta Critical Care.
Maldonado lamentó que las medidas de sana distancia limitan los tratamientos contra el delirium como la constante movilidad, soporte psicosocial, consulta de fotos familiares o sopas de letras, ya que el contacto con pacientes con coronavirus está restringido por el riesgo de infección. De acuerdo con la experiencia reportada por la Academia de Psiquiatría de Enlace de Estados Unidos, los pacientes COVID al desentubarlos en sus despertares llegan a tener una agitación severa que requiere sujeción física para evitar que se hagan daño o agredan al personal.
Sobre los pacientes que ya tenían enfermedades mentales antes de infectarse de coronavirus aún es incierto el efecto biológico y psicológico. En una serie de 114 pacientes, se reportó un estado mental alterado en 39 de ellos, pero solo dos tenían la condición mental previa.
CASOS EN OTROS VIRUS
El médico psiquiatra Homero Maldonado Mendoza abundó que los daños en el cerebro también se han visto en afectados por otros virus como el de la influenza, el VIH y el del herpes simple. Los sobrevivientes de la “gripe española” reportaron alteraciones del sueño, depresión, mareos, aumento en conductas suicidas e incluso aumento en encefalitis letárgica (relacionado con psicosis). Las hospitalizaciones por algún trastorno mental aumentó en promedio anual 7.2 veces en los siguientes seis años, documentó.
Durante el SARS-CoV-1 también se notaron cuadros psiquiátricos como trastornos adaptativos, depresión con ideas suicidas, alucinaciones y, en las autopsias a los cerebros, se encontraron cambios isquémicos en neuronas y desminielización de fibras nerviosas. De 31 a 50 meses después se registró un aumento de depresión y ataques de pánico. En el MERS-CoV se vio que hasta el 25.7 por ciento de los pacientes desarrollaron algún síntoma psiquiátrico.
En el caso del SARS-COV-2, causante de la COVID-19, daña en tres vías a la salud mental: impacto psicológico por distanciamiento físico con ansiedad, irritabilidad e insomnio; preocupación, estigma y vivencias traumáticas en quienes resultaron positivos; y el efecto directo sobre el sistema nervioso central.
“Todo esto depende de muchos factores en el ambiente de una persona”, precisó el médico psiquiatra. “Podemos tener pacientes que ya venían con antecedentes genéticos, rasgos de personalidad y condiciones socioambientales que a través del tiempo fueron pasando y que en estos momentos se vieron atenuados por la contingencia”.
FUENTE: SIN EMBARGO