Davish y Peters, periodistas chiapanecos en el exilio forzado por amenazas de muerte (En la Mira / Héctor Estrada)

Juan de Dios García Davish y a su esposa, también periodista, María de Jesús Peters, tuvieron abandonar su hogar en Chiapas ante las amenazas de muerte que desde 2016 se volvieron recurrentes. Ambos cubrieron durante años los fenómenos migratorios en la frontera entre Chiapas y Guatemala, junto a la creciente presencia del crimen organizado, que al final de cuentas también los obligó a migrar.

García Davish, de 62 años, es director de la agencia Quadratín en Chiapas y Peters, de 52, corresponsal del diario El Universal. Ambos narraron, mediante una entrevista al periódico El País, de la que a continuación se presentan extractos, la grave situación que enfrentan y los obligó a buscar refugio fuera de México:

La llamada del 13 de mayo no fue la primera ni la última. Pero sí la que rompió todo. La que obligó a Juan de Dios García Davish y María de Jesús a hacer las maletas, buscar amigos fuera del país y prepararse para huir. “Vamos a matar a tu familia”, escuchó García del otro lado del teléfono. La voz, conocida por otras amenazas, repetía la manera en la que asesinarían a su esposa y a su hija si “no cooperaba”. También tenían su dirección.

Además de su agencia y corresponsalía, su trabajo extra durante estos años había consistido en guiar a los periodistas extranjeros, principalmente estadounidenses, para reportear en esta franja tan desconocida e invisible de América. Ellos eran los que hacían posible que las cámaras ingresaran en las zonas más crueles e inhumanas que ocultan las postales de Chiapas. Sabían por dónde, hasta dónde, con quién, y permitían que quienes reporteaban unas semanas en este territorio tan complejo no se quedaran solo en la superficie.

La primera vez que los amenazaron de muerte fue en 2016. Ya habían denunciado las irregularidades de esta región e incomodado tanto a empresarios cafetaleros que explotaban a niños guatemaltecos en sus fincas, a traficantes de personas y otros acusados de explotación sexual, como a algunas autoridades que lo permitieron. Esa llamada la recuerdan ahora, pues la voz de la persona que los amenazó recientemente, según Peters, es la misma.

Tanto García como Peters aseguran haber denunciado ante la Fiscalía la llamada amenazante, como lo hicieron años anteriores. En ningún caso se resolvió nada. Les prometieron protección, con vigilancia permanente en su domicilio de patrullas y hasta de la Guardia Nacional, pero por su casa no se asomó ninguna autoridad. Y decidieron salir de ahí. Su objetivo fue huir de México, pues consideran que el Gobierno es incapaz de protegerlos, así como a otras decenas de periodistas amenazados y desplazados, tal y como han denunciado organizaciones civiles como Artículo 19.

“Todos nos decían que saliéramos de ahí. De Tapachula, donde nacimos y donde tenemos nuestro trabajo y nuestra vida. Al principio, pensamos que podían exagerar, pero luego nos preguntamos: ¿Qué es lo que ven ellos que no estamos viendo nosotros?”, declararon para el medio impreso de origen español… Y no es para menos, entre diciembre de 2018 y mayo del presente año más de 30 periodistas han sido asesinados en México.

Fue el crimen de Fredy López Arévalo, otro periodista chiapaneco, ejecutado de un balazo en San Cristóbal de las Casas en octubre del año pasado, quien les hizo comenzar a dimensionar el riesgo. “No tenemos ninguna garantía. Ni siquiera sabemos qué pasó con Freddy. Nadie va a investigar lo que nos suceda a nosotros”, agregaron los periodistas que ahora viven en el exilio voluntario fuera de su hogar en Chiapa… así las cosas.

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