Si bien el paso de Jorge Luis Llaven Abarca por la Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGE), concluido este martes 8 de diciembre, estuvo bañada de claroscuros por casos de alto impacto que cobraron notoriedad en la opinión pública, las cifras oficiales parecen despedir en buenos términos a la primera apuesta de Escandón Cadenas en dicha dependencia.
La posición que Llaven Abarca asumió frente organizaciones como el Mocri sin duda se convirtió en una de las que mayor respaldo ciudadano tuvo durante su gestión. Años de abusos solapados por gobiernos pasados y la apropiación ilegal de predios fueron el foco de acción durante su primer año al frente de la fiscalía, con resultados positivos.
Y es que, entre 2019 y 2020, se estima que en Chiapas lograron recuperarse alrededor de 13 mil hectáreas invadidas en diversos puntos de la entidad que durante décadas habías estado bajo el control de grupos subversivos. Los principales operativos se realizaron en Tuxtla Gutiérrez donde la organización campesina fue prácticamente desarticulada.
Sin embardo, hay otras cifras que también parecen reportar buenas cuentas para el ahora ex fiscal chiapaneco. De acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, aunque la precepción parezca distinta, durante el último año la incidencia delictiva en la entidad registró una disminución del 42 por ciento.
El robo a negocios reportó una baja en la incidencia del 63 por ciento y los bloqueos carreteros (tipificado como el delito de ataques a las vías de comunicación), principalmente en las regiones Altos y Selva de Chiapas, tuvieron una disminución del 47 por ciento en la incidencia durante 2019, con respecto a los dos años anteriores.
Chiapas se colocó como la tercera entidad con menor taza en la comisión de delitos y la segunda de menor incidencia en lo que respecta a delitos de alto impacto. Y es que, los casos controversiales incidieron en las percepciones, las cifras no resultan ser tan adversas para un fiscal que debió hacerle enfrente al contexto heredado por el “gobierno verde”, dentro de una entidad de por sí convulsa como Chiapas.
