Actualmente, el Congreso del Estado está analizando el proyecto de presupuesto de egresos 2021, por lo que debería tomar en cuenta la urgencia de una nueva política económica de Chiapas, ya que las anteriores han sido un rotundo fracaso. Del 2001 al 2020, el presupuesto de egresos de Chiapas aumentó 4 veces más, al pasar de 20 mil millones a 95mil millones de pesos y su crecimiento económico ha sido regularmente negativo, hoy se encuentra en último lugar de las economías del país y el primero en pobreza.
Aunado a eso, Chiapas enfrenta una deuda 40 veces más grande que la del 2006. Su deuda pública pasó de 882 millones de pesos a más de 22 mil millones de pesos en el 2018, más la deuda del exgobernador, Manuel Velasco Coello, que contrajo con contratistas, trabajadores de la salud y educación, que osciló, aproximadamente, entre otros 20 mil millones de pesos.
Según el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del gobierno federal, Arturo Herrera, señaló que Chiapas es el único estado de la república que no ha crecido económicamente desde hace 28 años.
Ante este panorama, el Congreso del Estado, quien autoriza el presupuesto anual, debe considerar que Chiapas no puede seguir dependiendo totalmente de la federación y de las remesas. Que legislar no signifique sólo pedir y autorizar sino también proponer y transformar.
La semana pasada, el Congreso aprobó el punto de acuerdo por el cual exhortan al titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como a los legisladores federales, otorguen a Chiapas un incremento en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2021; sin embargo, también es necesario, que en conjunto con el poder ejecutivo, busquen una estrategia económica que verdaderamente genere riquezas e incida en las finanzas de cada familia chiapaneca.
Chiapas no saldrá de la pobreza si su política económica sigue con el mismo patrón. Según el informe de la Subdirección de Análisis Económico de la Cámara de Diputados, el 65 por ciento del presupuesto del Estado se destina al gasto corriente y sus mejores sectores de empleo no generan capital, como la actividad gubernamental que concentra el 13% del empleo estatal.
Y aunque el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Marcelo Toledo Cruz, presuma la posibilidad de que este 2021 llegaran a Chiapas poco más de 32 mil millones de pesos para cubrir proyectos como «Becas Benito Juárez», «Sembrando Vida», Apoyo a Discapacitados, Apoyo a Adultos Mayores, «todo lo cual coadyuva a la gobernabilidad en el estado y demuestra que es un estado privilegiado después de haber sido saqueado por gobierno anteriores», Chiapas no crecerá económicamente sino implementan una estrategia que transforme su actividad productiva.
Basta de utilizar a la pobreza como “chivo expiatorio”, el estado necesita fuentes de trabajo y políticas públicas que potencialicen sus sectores productivos.
